Dices bien. Incluso habría que preguntarse para qué sirven las normales rurales: ¿son espacios educativos o centros de formación de cuadros políticos y luchadores sociales? El gran culpable, el primer culpable de lo sucedido en Ayotzinapa son las generaciones previas que han egresado de esa normal sin saber nada, sin los conocimientos disciplinares básicos, pero, eso sí, cargados de consignas. Son carne de cañón para la CETEG, cuadros, bases. No son profesores. Son rijosos. Tipos que solo saben salir a bloquear carreteras, a cerrar aeropuertos, a exigir sin comprometerse a dar nada. Tan fácil que sería exigir cumpliendo, pero no. Jamás. Estos no quieren que se les pida nada porque no saben nada.
Así, que las normales rurales desaparezcan ya, mañana, del modo más simple: con exámenes. O usted me aprueba un examen elemental, o se larga. Si no tenemos al final los alumnos requeridos, cerramos. Y aunque Sanjuana se desagarre las vestiduras. Lo que ella quiere conservar son espacios de adoctrinamiento, lugares propicios para que formar votantes de Pejehová. Eso son las normales rurales.
